La Iglesia Católica no solo ha expresado su rechazo ante esta situación de violencia, sino que también ha ofrecido su ayuda para evitar que se frene el embarazo de la menor.
Esta postura se da después de que las autoridades de la Defensoría de la Niñez y una junta médica de la Maternidad cruceña activaran mecanismos para proceder con una intervención que no ponga en peligro la vida de la menor, tomando en cuenta que tiene cinco meses de gestación.
En este sentido, la Iglesia apuntó por medio de un comunicado que «la única solución es salvar, cuidar y apoyar con amor de las dos vidas», por lo que ofrecen «acogida y atención a la niña y a la criaturita que tiene en su vientre, dando hospitalidad gratuita en el Centro de Madres Adolescentes Madre María, asegurando el apoyo material, médico, psicológico y espiritual para la maternidad y el tiempo post-maternidad».